lunes, 19 de diciembre de 2016

Escribir para creer (y crecer)

Muchas veces no hacemos demasiadas preguntas.

¿Puedo ser un escritor? ¿Tengo lo que hay que tener? ¿Tengo la pasión y disciplina para llegar a lograr un excelente trabajo?

Las respuestas son simples.

Vos, usted, yo, todos podemos llega a ser escritores. Se necesita en primer lugar, DECIDIRSE a serlo. Pasa por una elección este asunte, sobre manera.

Luego, todos tenemos una historia que contar, desde un punto de vista único. Cada ser humano es diferente y por ende, tiene una historia y vivencias propias que configuran una forma de ver el mundo que nunca equivale a la de otra persona.

Todos contamos con lo básico para empezar a escribir: ideas, una mente, un corazón y un espíritu que nos lleve. Algunos tenemos la fortuna de contar con todos nuestros sentidos, otros tienen que escribir mediante máquinas que captan el sonido, o no pueden visualizar a  las palabras sino a través de... sus oídos. Cuando busquemos excusas para no escribir, pensemos en ellos.

En cuánto al tiempo: siempre contamos con algún momento del día para escribir, sea poco o mucho. De pende de esto iremos más rápido o no, pero el verdadero problema radica en utilizar esos minutos en acciones diferentes a las de escribir. Como cualquier actividad humana, uno se acostumbra. Entonces, diariamente y poco a poco, podemos empezar a creernos eso de ser escritores. ¿Cómo? Escribiendo...

Ahora bien, para grandes empresas necesitamos grandes sacrificios. Por tanto, no creamos que escribir una novela es fácil. Necesitamos no solo amor, pasión por lo que hacemos. Debemos contar con disciplina. Y no lo digo en el sentido más estricto del término. Sin embargo, soy claro: sin esfuerzo del bueno, la recompensa no será la que esperamos. El deportista profesional entrena duro, casi todos los días. Un ingeniero o abogado exitoso trabaja casi todos los días. Entonces ¿por qué, nosotros, no deberíamos hacer lo mismo? En la vida no hay atajos. Podemos si lograr éxito de forma efímero (del tipo llego a la cima y desde allí caigo), pero solo la práctica continua nos permite alcanzar la excelencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario