lunes, 5 de febrero de 2018

¿Autor y obra?

...la amistad y a es algo menos sencillo. 
Tardamos en obtenerla y nos cuesta trabajo obtenerla. Pero, cuando la tenemos y a no hay manera de desembarazarse de ella.
Hay que enfrentarla. 
Sobre todo, no vaya a creer usted que sus amigos le telefonearán todas las noches, como deberían hacerlo, para saber si no es precisamente ésa la noche en que usted decidió suicidarse, o sencillamente si no tiene necesidad de compañía, si no se dispone a salir.
Pero no, si los amigos telefonean, tenga usted la seguridad de ello, lo hacen la noche en que usted no está solo y en que la vida le parece hermosa. 
Ellos más bien lo empujarán al suicidio, en virtud de lo que usted se debe a sí mismo, según ellos. 
¡Que el Cielo nos guarde, querido señor, de que nuestros amigos nos coloquen demasiado alto! 
En cuanto a aquellos cuya función es amarnos, quiero decir nuestros padres, nuestros allegados (¡qué expresión!), la cosa es diferente.
Ellos siempre tienen pronta la palabra necesaria, pero más bien es una palabra como una bala. 
Nos llaman por teléfono como si tiraran con una carabina.
Apuntan certeramente...

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