lunes, 10 de abril de 2017

Pensamientos...

Los intereses de la sociedad actual pasan por una multiplicidad de factores, desde el más obvio hasta quizás el menos pensado. Hay tantos puntos de vista diversos como personas existentes en nuestra ciudad, provincia, país, mundo. Entender esto constituye la base donde se establecen las bases del respeto por el otro. Todos deberíamos tenerlo claro.

Hoy día, la tecnología de la información nos rodea. No hay nada que podamos hacer para evitar que sea parte de nuestras vidas. El verdadero asunto es usar sus beneficios para nuestro bién, y no caer en una espiral sin salida. Veamos el caso de los adolescentes: las redes sociales tienen la particular característica de no solo perimitir compartir alegrías, tristezas, opiniones, sino de generar la falsa creencia que uno es "importante" por la cantidad de likes o comentarios en lo que publica. Esta momentánea necesidad de auto-satisfacción se asemeja a, por ejemplo, cuando se tiene una gripe y se toma una aspirina: claro, en pocos minutos la persona se siente mejor, pero el problema real no está solucionado.

Los médicos en estudios recientes dicen que la satisfacción que se obtiene al ver un me gusta" o contestar un whatsapp se debe a una hormona; si bien no puedo decir a ciencia cierta si es así o no, es verdad que uno se siente bien con determinadas acciones y reacciones virtuales del estilo que comenté. El tema es como detener nuestra dependencia de celulares, tablets, notebook o televisores.

Entonces la propuesta es muy simple: dejar el aparato de lado. Ataquemos el verdadero origen. No luchemos contra la ansiedad, no vamos a poder vencerla si no apuntamos a la fuente. ¿Estás con tu amigo/a cenando? Dejá el celular de lado, no arriba de la mesa pues el sufrimiento va a seguir, no en vibración porque vas a seguir pendiente de las notificaciones. O se apaga, o se pone en silencio en lugar LEJOS tuyo, en el bolso o en tu auto. ¿No tienes likes o comentarios? Bueno, es tiempo de dejar de depender de ello para tu autoestima. Si colocas un posteo cada 20 minutos, no puedes pedir peras al olmo. Si das a entender a tus amigos virtuales que eres el centro del universo, en algún momento vas a cansarlos. Si lo único que haces es "compartir" publicaciones de otro, pues bueno, sé un poco original al menos. Si nunca pasas por el muro de otros a ver que sienten, escriben o qué imágenes suben, entonces no esperes que dirijan su atención a vos.

Por otro lado, a través de estas redes se emiten opiniones de forma categórica y sin respeto por el resto. Obviamente el principal objeto de publicaciones de este tipo son las de tipo política: en nuestro país lamentablemente existe desde hace tiempo una bipolarización impuesta parte mediáticamente, parte por los gobernantes, pero en todo caso adoptada por los usuarios de internet.
Es en ese tipo de pensamientos cuando lo que destaqué en el primer párrafo se hace abrumadoramente notorio. Amistades y familias con relaciones rotas a causas de este tipo de conflictos, odio por odio. Se trata del exponente máximo de lo que NO debe hacerse.

Mención especial requiere el uso del celular dentro de los vehículos: si vas manejando, y suena el sonido del whatsapp, aunque te mueras de ganas de mirar tu smartphone solo haz una cosa: no lo mires. Reitero, ¡NO LO VEAS! Es fuerte la tentación, ¿cierto? Pero es más importante tu salud y la de los demás. Se tardan segundos en chequear y responder un mensajito, pero puede llevar una vida (o más, por cierto) recuperarse de las consecuencias de haber interactuado de esta forma. Hay que colocar en la balanza los pros y contras de continuar o no con esta mala costumbre: con estas palabras no obligo a nadie, claro, pero creo nuestra decisión debería ser evidente.

Muchas acciones pueden llevarse a cabo para cambiar este tipo de actitudes. En primer lugar, demos tiempo a cosas útiles; esto es, leer un libro, ver un documental, leer más de un periódico para tener distintas opiniones de un mismo hecho, hacer ejercicios en forma diaria a efectos de cuidar nuestro cuerpo, disfrutar de nuestros hijos (solo son chicos una vez)... en definitiva, parar la pelota y PENSAR. Siempre, siempre la gente que piensa va a poder decidir por sí misma, no permitiendo que otros decidan por ellos. El mundo actual quiere todo ya, cree necesario tener todo a mano, a toda velocidad, cuando no es así. ¿Cuántos miles de años vivió el hombre sin internet, ni redes? ¿Ustedes creen que fueron menos felices por ello? ¡Vamos!

Que no se malinterprete: no estoy en contra de la informática. Simplemente, como todo que se usa en exceso, termina siendo nocivo. Personalmente, paso parte del día escribiendo en mi blog o en mis novelas, es decir frente a una notebook y con internet. Pero cuando digo basta, se acabó. Salgo a correr, tomo mates en mi casa con mi pareja, leo, trato de estar el mayor tiempo posible con mi bella hija, toco la guitarra, etc. Sin el celular a mi lado; con mi vista fuera de cualquier tipo de monitor. ¿Y saben qué? Se siente genial. ¡Deberían intentarlo!

Ahora bien, te puede estar interesando lo que lees, y quizás, más o menos, estás de acuerdo; pero, y siempre hay un pero... lo ves difícil llevarlo a la práctica, ¿no? Mi respuesta: quita el "no" de tu vida. Elimina el "mañana". No hay otro momento para intentarlo que... HOY. El ayer se fue y el mañana no está aún: Sí, es posible. Si, usted/vos puede/podés. Si, comienzo hoy, ni luego ni en una semana. No es fácil, no he dicho que lo fuera. Sin embargo, si lo creemos mentalmente, lo vamos a lograr. Pensando, usando nuestro cerebro y no dejando que los usen por nosotros. Respetando, sabiendo que el otro nació, creció y vive de forma diferente que nosotros, pero no por eso es menos. Aprendiendo que ser diferentes es una virtud y no un defecto. Y por último, que la vida es una: la REAL, no la que se mira o "vende" a través de una pantalla.




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